martes, 1 de diciembre de 2009

Ángeles de febrero

Mientras escucho a Mozart y escribo un cuento,
detengo el bolígrafo un segundo, y lo percibo:
la soledad, la música, el alcohol. Palabras solitarias.
Me hace bien la soledad,
ojalá durase para toda la vida.

Sueño un paraíso, con papeles en blanco,
miles de lapiceras, miles de litros de cerveza y whisky,
y mucho espacio, completamente vacío.
Me veo sentado esperando al 19 de Febrero,
y miles de mujeres aparecen, flotando como ángeles.
Todas ellas repitiendo una y otra vez “te amo”.

Todos juntos reímos, nos amamos, bebemos.
Escribo un poema para cada una de ellas.
Miles de poemas, todos diferentes.
Lloramos, nos abrazamos, hasta que el día llega a su ocaso.

Y quedo solo nuevamente, en la inmensidad de este espacio.
Con los miles de papeles, las miles de lapiceras,
los miles de litros de whisky y cerveza.
Embriagándome de por vida esperando a que lleguen nuevamente
los ángeles de febrero.

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