viernes, 17 de julio de 2009

El Duro

Dios mío, esta resaca es terrible. Apenas puedo moverme, nunca me había sentido de esta forma. El olor a vómito inunda todo mi ser, mi lengua se siente agria, horrible. Intento levantarme, pero el dolor es intenso y me lo impide. No puedo recordar nada, cómo llegué a casa, o siquiera dónde fue que estuve. Suele pasarme esto de olvidar lo sucedido la noche anterior, pero con el pasar de las horas, las imágenes aparecen en mi mente, cual si fueran fotografías de antaño. Pero ahora es diferente. El dolor es inaguantable, agudo, mis oídos zumban y hay un movimiento en mis manos que no reconozco. ¡Dios mio! Por favor, este dolor tiene que terminar, daría lo que fuera. No sé, ¡mi brazo derecho toma! Ahí lo tienes. Córtame el brazo derecho, pero prométeme que no habrá más dolor. Creo que voy a morir, parece una linda tarde para morir. Va a pasar mucho hasta que vengan a buscarme, hoy es domingo, creo que va a ser recién para el martes, o miércoles. O cuando mi podredumbre se sienta en todo el edificio.
Dios, Jesús, Alá o quien carajo sea ¡quiero la cuenta ya mismo! Este dolor es inaguantable
"…this is the end, my only friend the end…" ¡PUTA MADRE!
Pero no, no fallecí, todavía estoy acá. Una vez más, ¡les di por el culo! Les hice comer mierda: “Elvis, vas a terminar mal, es peligroso lo que hacés” ¡Peligroso mis pelotas!Es verdad, nunca había sentido tanto dolor en mi vida. Dolor de muelas, perdí algún amor en mi vida, rompí mi rodilla, me traicionaron varias veces. Todo eso me causó dolor, pero nunca como esa resaca. Tuve miedo, pero no a morir, más bien a que el dolor nunca terminara. DOLOR. Nos vimos las caras, El Dolor y yo. Ahora nos respetamos, Él me mostró lo que es capaz de hacer, y yo, demostré lo que soy capaz de aguantar. Sin embargo, sé que no es su máximo poder, esa resaca fue increíblemente fuerte. Pero no es el máximo dolor. Yo lo sé, y Él también lo sabe, así que su boca sonríe hacia el costado. Con confianza, pero también con incertidumbre. Porque sabe perfectamente, que no es mi máximo aguante. Ambos lo sabemos, El Dolor y yo, así que estamos esperando, atentos, agazapados, en posición de ataque. Yo, con mi cuarto vaso de whisky. Él, dejándome beber…un par más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario